Durante los meses de invierno, los hogares tienden a utilizar más electricidad para calefaccionarse y cocinar. Este incremento en el consumo energético eleva también el riesgo de accidentes domésticos, en especial incendios provocados por fallas eléctricas. En este contexto, un electrodoméstico en particular se convierte en una fuente de peligro silenciosa: el horno eléctrico.
Aunque parece inofensivo y es utilizado para preparar comidas calientes en épocas de frío, el horno eléctrico puede representar un verdadero riesgo si permanece enchufado de forma constante o si se lo utiliza mal, como una fuente de calor para el ambiente. Expertos en seguridad del hogar advierten que muchos incendios en cocinas durante el invierno están relacionados con su mal uso.
Uno de los principales peligros está vinculado a la sobrecarga del sistema eléctrico. En invierno, los enchufes de la casa suelen estar ocupados por estufas eléctricas, caloventores, mantas térmicas y otros artefactos que exigen una gran cantidad de energía. Si el horno eléctrico permanece enchufado —aunque no esté en uso—, puede generar una sobrecarga en el circuito, en especial en viviendas con instalaciones eléctricas antiguas o sin mantenimiento adecuado.
Además, hay que considerar el estado del electrodoméstico en sí. Muchos hornos eléctricos no cuentan con un sistema de apagado automático o de regulación térmica eficiente. En estos casos, un fallo del termostato podría hacer que el horno caliente de forma indefinida, incluso cuando el usuario cree haberlo apagado. Esto genera acumulación de calor, derretimiento de materiales y, en algunos casos, llamas.
Recomendaciones para evitar incendios:
Desenchufar el horno eléctrico cada vez que no se lo utilice para no sobrecargar los enchufes.
Evitar su uso como calefactor, ya que no está diseñado para calentar ambientes y puede ser peligroso.
Revisar el estado del enchufe de forma periódica.
Mantener el interior del horno limpio y libre de residuos.
No dejarlo funcionando sin supervisión, especialmente durante la noche o al salir de casa.
Además, desconectar los electrodomésticos cuando no están en uso también ayuda a reducir el consumo energético, favoreciendo las finanzas personales.