El 91% de los hogares argentinos está endeudado, y más de la mitad utiliza tarjetas de crédito para comprar alimentos, según el último informe del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) correspondiente a mayo de 2025. Este dato revela el profundo deterioro del poder adquisitivo en las familias, donde el crédito ha dejado de ser una opción ocasional para convertirse en una herramienta de supervivencia cotidiana.
El informe indica que el 65% de las familias mantiene entre dos y tres deudas activas, mientras que el 12% arrastra más de tres compromisos financieros. En comparación con el año pasado, aumentó la cantidad de hogares con múltiples deudas, lo que refleja una mayor dependencia del financiamiento.
Las tarjetas de crédito, tanto bancarias como no bancarias, son el principal instrumento de endeudamiento, representando un 30,5% del total, cinco puntos más que en 2024. El 58% de esas deudas se destinan a la compra de alimentos, seguidas por gastos en indumentaria (15%) y combustibles (11%).
Dentro del sistema bancario, la refinanciación de tarjetas lidera el endeudamiento (34%), seguida por los préstamos personales (19%), créditos prendarios (14%) e hipotecarios (6%). Este escenario revela una “deuda circular”: las familias se endeudan para cubrir otras deudas, sin poder salir del ciclo.
El impacto sobre los ingresos es alarmante: el 56% de los hogares destina entre el 40% y el 60% —o más— de su ingreso mensual al pago de deudas. Además, el 76% de esas obligaciones presenta algún grado de mora, ya sea simple o judicial, lo que agrava aún más la situación financiera de millones de personas.
En un contexto de inflación acumulada del 64,99% en el primer cuatrimestre del año y una caída real del poder adquisitivo del 10,38%, los datos del IETSE reflejan una crisis social en expansión que pone en jaque la estabilidad económica de los hogares argentinos.