Un informe reciente del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) revela que el 91% de los hogares argentinos mantiene algún tipo de deuda, lo que evidencia una situación financiera crítica. El 76% de esas deudas se encuentra en mora: un 48% en mora simple y un 28% en instancia judicial.
Además, el 56% de las familias destina entre el 40% y el 60% —o incluso más— de sus ingresos mensuales al pago de deudas. La mayoría de estas obligaciones (73%) fueron contraídas en 2024, un año marcado por fuertes devaluaciones, inflación creciente y una caída del salario real.
El uso de tarjetas de crédito se ha convertido en una herramienta común para cubrir necesidades básicas como la compra de alimentos, que representa el 58% del gasto con tarjetas. Paralelamente, se incrementan los embargos de sueldos y bloqueos de cuentas bancarias por deudas impagas, que ya afectan al 15% de los hogares endeudados.
Especialistas advierten que el endeudamiento dejó de ser una medida transitoria y se transformó en un fenómeno estructural que refleja el empobrecimiento de la sociedad argentina. Esta situación podría agravarse si se continúa incentivando el endeudamiento en moneda extranjera, aumentando el riesgo financiero de las familias.
Frente a este panorama, se vuelve urgente la implementación de medidas que alivien la carga financiera de los hogares para evitar una crisis aún más profunda.