El Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan, uno de los centros de salud infantil más importantes de Argentina, atraviesa una grave crisis. Desde el lunes 26 de mayo, los residentes comenzaron un paro de 96 horas, que podría volverse indefinido ante la falta de respuestas oficiales.
Los trabajadores denuncian sueldos que no alcanzan la canasta básica, jornadas extenuantes de hasta 60 horas semanales y seis guardias mensuales de 24 horas que no son remuneradas. El salario de un residente de primer año ronda los $797.000 mensuales, monto que consideran insuficiente.
“Las condiciones de trabajo empeoran, el presupuesto está congelado, no hay ningún tipo de respuesta. Hemos tenido renuncias masivas de gente muy calificada y que no está siendo reemplazada”, explicó Alejandro Lipcovich, delegado de ATE en el hospital.
La situación pone en jaque la atención sanitaria del centro, que atiende al 40% de los niños con cáncer del país. La falta de recursos y la fuga de profesionales especializados comprometen tanto la atención como la formación de nuevos especialistas.
Los residentes exigen una recomposición salarial urgente, incorporación de personal y el fin del ajuste presupuestario que afecta directamente la salud infantil.