El consumo de alimentos ultraprocesados en niños genera creciente preocupación entre los profesionales de la salud, debido a su relación con enfermedades como obesidad, diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares. Estos productos suelen tener altos niveles de azúcares, grasas y sodio, y carecen de nutrientes esenciales.
La nutricionista Josefina Moreno explicó que “están diseñados para ser irresistibles, fáciles de consumir y poco saciantes”, lo que lleva a que los niños los consuman en exceso. Este tipo de alimentos incluye snacks, golosinas, gaseosas, cereales azucarados y comidas listas para calentar.
Argentina se encuentra entre los países de América Latina con mayor consumo de ultraprocesados, lo que agrava el problema. Según especialistas, es fundamental reducir su presencia en la dieta infantil y priorizar alimentos frescos como frutas, verduras, legumbres y carnes magras.
También se sugiere que las familias reciban información adecuada sobre nutrición, y que se apliquen políticas que limiten la publicidad de estos productos dirigida al público infantil.
La educación alimentaria es clave para garantizar un desarrollo saludable en las nuevas generaciones.