La NASA está desarrollando nuevas tecnologías para generar energía utilizando los recursos que se encuentran en la Luna. Una de las propuestas más innovadoras proviene de la empresa Blue Origin, que ha presentado un proyecto llamado “Blue Alchemist”, capaz de convertir el regolito lunar —una mezcla de polvo y fragmentos de roca— en células solares y componentes eléctricos.
Esta tecnología funciona mediante un proceso de electrólisis del regolito fundido, con el cual se pueden extraer metales como silicio, hierro y aluminio. El silicio obtenido tiene una pureza superior al 99.999 %, lo que lo hace apto para la fabricación de paneles solares directamente en la superficie lunar. Además, el proceso genera oxígeno como subproducto, útil tanto para la respiración de astronautas como para la propulsión de cohetes.
La iniciativa forma parte del enfoque conocido como Utilización de Recursos In Situ (ISRU, por sus siglas en inglés), una estrategia que busca emplear materiales disponibles en otros cuerpos celestes para reducir la necesidad de transportar suministros desde la Tierra. Esto podría abaratar significativamente los costos de las misiones y mejorar su sostenibilidad.
Si se implementa con éxito, esta tecnología abriría el camino hacia la creación de infraestructuras autosuficientes en la Luna y, en un futuro, en Marte u otros destinos del sistema solar.