Entre enero y noviembre de 2024 China ha importado un total de 501.470 millones de circuitos integrados. Esta cifra representa un incremento del 14,8% frente al mismo periodo de 2023. En condiciones normales este aumento no tendría por qué sorprendernos, pero no nos encontramos en una coyuntura apacible. Ni mucho menos. Si tenemos presente la envergadura de las sanciones a China que han desplegado EEUU y sus aliados resulta impactante que el país liderado por Xi Jinping haya podido importar tantos semiconductores.

Sin embargo, y aquí llega la auténtica sorpresa, las prohibiciones son, precisamente, las responsables del incremento de la importación de chips por parte de China durante lo que llevamos de 2024. De hecho, ha sucedido exactamente lo mismo que pasó a finales de 2023 con ASML. Los fabricantes chinos de circuitos integrados previeron que EEUU iba a endurecer sus sanciones, por lo que decidieron anticiparse y comprar una gran cantidad de equipos de litografía de ultravioleta profundo (UVP) a la compañía neerlandesa ASML antes de que las prohibiciones entrasen en vigor.

China importa muchos chips, pero también los exporta en grandes cantidades

Lo que ha sucedido entre enero y noviembre de 2024 es exactamente lo mismo que pasó el año pasado, aunque esta vez las protagonistas no son las máquinas de litografía; lo son los semiconductores. Las compañías chinas previeron, una vez más, que el Gobierno de EEUU iba a endurecer sus prohibiciones (lo hizo de forma drástica el pasado 2 de diciembre). Y lo hicieron con la suficiente anticipación como para incrementar sus pedidos de los chips a los que presumiblemente en el futuro no tendrían acceso con el margen necesario para llenar sus almacenes.

El último paquete de prohibiciones aprobado por la Administración liderada por Joe Biden hace apenas unos días va a dificultar a China el acceso tanto a los equipos de litografía procedentes del extranjero como a los componentes necesarios para fabricar sus propias máquinas. Y, por supuesto, también va a ponerle más difícil conseguir en el mercado internacional los semiconductores avanzados que necesita. Aun así, con toda probabilidad el Gobierno chino seguirá recurriendo a los mercados secundarios y las vías de importación paralelas para evadir las sanciones.

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